Un homenaje a los padres

Deb Egan grew up in a Catholic family. Throughout her adult life, she has participated as a church volunteer in many capacities, including teaching Religious Education, being a Eucharistic Minister and Lector, Ministering to the elderly and homebound, and Facilitating Small Faith Groups. She has been trained by Evangelical Catholic and became a member of the Build the Faith Team in April of 2017.
Cuando tenía 18 años, me diagnosticaron cáncer. Durante las siguientes siete semanas y media, mi padre dejó de trabajar, iba a la iglesia todas las mañanas a orar por mí y se sentaba todo el día a mi lado mientras yo estaba en mi cama en el hospital. Me tomó la mitad de mi vida llegar a apreciar el sacrificio que mi padre hizo por mí y su don de la oración. Es posible que la mayoría de nosotros nunca reconozcamos o apreciemos completamente lo que nuestros padres hacen por nosotros, pero eso no les impide amarnos incondicionalmente y darnos todo.
La paternidad para San José no era diferente a la paternidad actual. San José dedicó su vida a su familia. Así como mi papá estuvo a mi lado en todo momento cuando tuve cáncer, José estuvo siempre junto a Jesús cuando Jesús lo necesitaba. Cuando Dios lo llamó, José le dió al Señor su “sí”. Sí, Señor, llevaré a María a mi casa… Sí, Señor, dejaré mi trabajo, mi casa, mis amigos y mi familia y me iré a Egipto, que está lejos y donde no conozco a nadie… Sí, Señor, aunque nos establecimos con éxito en esta nueva tierra, ahora dejaré todo esto atrás y regresaré a Israel para comenzar nuestras vidas de nuevo. Seguramente José no tenía idea de lo que le esperaba cuando comenzó su viaje con Jesús, pero sabía que confiaba en el Padre y eso era suficiente para él.
En este Día del Padre, pidamos a Jesús que nos ayude a reconocer todo lo que son nuestros padres y agradezcamos el don de la paternidad.
Oración a San José
José, fortalece en nuestra familia
cada lazo de amor que nos une —
los lazos de amor mutuo y respeto entre todos.
José, protege a nuestra familia de todos los peligros del exterior
y de toda amenaza a la paz, la unidad y la armonía interior.
José, enséñanos a ser amables y amorosos los unos con los otros,
cuidadosos unos de otros, tolerantes unos con otros, misericordiosos unos con otros.
José, que el contentamiento con nuestra suerte y el gozo mutuo abunden en nuestra casa,
mientras buscamos servir fielmente y amar mucho a Dios.
José, sé tú mismo
un padre para esta familia nuestra,
y ruega a María que sea una madre para nosotros. Amén.