Tras las huellas de los Santos
En mayo fui de vacaciones a Italia para caminar tras las huellas de los santos. Había planeado minuciosamente este viaje. Tenía un itinerario muy ambicioso que había preparado durante varios años. Cada día iría a varias Iglesias y caminaría por distintos barrios. Lamentablemente no llegué a la Gran Sinagoga y al Ghetto de Roma, a San Pablo extramuros o las Catacumbas de la Vía Apia. Entonces: ¿A dónde fuí? Me dejé llevar por los mismos Santos que me iban llamando.
Siguiendo las huellas de Francisco de Asís, visité su casa paterna y la Capilla donde su mamá rezaba por él. Recé ante la Cruz de San Damiano desde donde Jesús le pidió que reformara la Iglesia. Le pedí mucho por nuestro Papa Francisco, que tomó su nombre con la idea de también reformar la Iglesia, llevando a cabo esa misión con el Sínodo de Sinodalidad. También le pedí a Jesús para que los que leemos esta página seamos fieles constructores de nuestra fe.
En Asís me sorprendió San Carlo Acutis. * Tenía en mente visitar su tumba para encomendarle especialmente la fe de mis sobrinos y todos los adolescentes que conozco junto con el éxito del Congreso Eucarístico que está terminando en Junio. Creía que sus restos estaban en Roma pero él salió a mi encuentro cuando salía por un pasillo lateral de la antigua Catedral y ví su tumba blanca
Había mucha gente a su alrededor cuando llegó un matrimonio con sus hijitos. La mamá se arrodilló y puso su cabeza en el suelo como signo de veneración. Enseguida animó a los niños a besar sus manitas y tocar el sarcófago. Me estremecí. ¡Eso es rezar con fe! Me di cuenta de lo pobre que es la mía y que a veces rezo sin estar rezando. ¿Realmente creo que los santos me están escuchando y hacen milagros?
Luego en Roma la primer visita fué a la Iglesia de San Gregorio al Celio, casa del Papa Gregorio Magno2, nacido en Roma por el 540.** Allí había un fresco de la Virgen con el Niño que le habló cuando lo nombraron Papa. ¡Me parecía que en cualquier momento Nuestra Señora me hablaría a mí también!
Aunque no llegué a todos los destinos de mi lista, pude caminar por donde pasaron los Apóstoles, Santa Paula, Santa Francisca Romana y Santa Cecilia. Pude rezar ante la tumba de San Ignacio de Loyola cuya espiritualidad he estudiado en los últimos años. En San Pedro recé ante la tumba de los Papas santos de nuestro siglo: Juan XXIII, Paulo VI y Juan Pablo II. También asistí a la Catequesis del Papa Francisco. Lo vi muy cerquita y sentí esa vibra que dejan los hombres de Dios a nuestro alrededor. Ese día enseñó sobre Judit3, nunca me voy a olvidar de sus palabras que encendieron en mí el deseo de poder “dejar una herencia de bien y no solamente de bienes”.***
Gracias a San Benito un día terminé rezando Vísperas en latín en el Monasterio Benedictino de San Anselmo. Esto trajo lindos recuerdos de mi pasada vida monástica.
A donde fuí sentí a Nuestra Señora caminando conmigo tras las huellas de los santos. Esto fortaleció mi fe. Fe que me confirma la certeza que los santos siempre me escuchan y están presentes en mi vida.
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* https://cruxnow.com/church-in-europe/2020/10/tomb-of-young-italian-tech-whiz-opened-for-veneration
** https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/audiences/2008/documents/hf_ben-xvi_aud_20080528.htmly https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/audiences/2008/documents/hf_ben-xvi_aud_20080604.html
Paula Gómez Victorica was born in Buenos Aires, Argentina. She was a contemplative nun of the Order of St. Benedict for 20 years. She has lived in Massachusetts since 2001. Paula is a Certified Spiritual Director. She is now studying for a Post-Master’s Certificate in Ignatian Spirituality at the Clough School of Theology and Ministry at Boston College. She currently teaches Biblical Spirituality in asynchronous online courses at the same School. She serves as Director of the Faith Formation Program at St. Ignatius Parish, Chestnut Hill, MA, and also coordinates the Hispanic Community.