Presagiando el cielo

Mother María Elena Martínez is a nun, born in Mexico City, where she still resides today. She has had a consecrated life for more than 30 years. She is currently a member of a community called María Madre del Amor which is dedicated to evangelization through Emmaus retreats in parishes and prisons and Sicar retreats for young people.
“Yo he venido para que tengan vida, y vida en abundancia”. (Jn. 10:10)
Muchas veces medimos la calidad de vida de una persona en virtud de su salud física y mental. Sin embargo, para nosotros los cristianos, existen 4 signos que nos indican si una persona está o no viviendo plenamente:
a)Paz y alegría: No obstante, ambas han de practicarse de forma continua, sin depender de nuestros estados de humor, o cuando las cosas marchan bien, o según nuestro querer. Cuando se tiene plena conciencia de la vida divina en nuestro interior, esa paz y alegría no dependen de circunstancias externas.
b)Perseverancia: Es decir, llevar una vida de gracia y de oración, pero de forma sostenida, sin importar si hay o no consolación, si se experimenta o no la presencia de Dios de forma sensible, si se tiene o no la impresión que el Señor no nos responde.
c)Equilibrio: El balance entre soñar a lo grande con un mundo mejor, luchando por la paz y la justicia, pero, por otro lado, siendo pacientes, construyendo poco a poco ese ideal, siendo misericordiosos con los demás.
d)Vencer los miedos: Tener confianza en Dios, aún en los momentos de dolor, fracaso, incertidumbre, enfermedad, confiando plenamente en que Dios siempre tiene la última palabra, y que El es el Señor y Dueño de nuestra historia. Como dijo San Pablo: “Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito”. (Romanos 8:28)
Si en nuestra vida están presentes estos cuatro elementos, podremos decir que en verdad Jesús ha resucitado en nuestros corazones, y estaremos anticipando, la vida en el cielo.