La Patrulla del Amanecer
Cuando tenía aproximadamente 24 años, mi fe comenzó a profundizarse y empecé a ir a misa no solo los Domingos. Cuando era posible, asistía a misa todos los días. En mi congregación en las afueras de la ciudad no había muchas personas jóvenes que asistían a la misa diaria. El grupo estaba compuesto mayormente de personas que habían estado retiradas por un largo periodo de tiempo. Mi antiguo Pastor frecuentemente se refería a este grupo de personas como La Patrulla del Amanecer. Esta frase me resultaba divertida, especialmente cuando pensaba en los miembros de este grupo, la mayoría mayores y encorvados. Interesante, me dije a mi mismo… Que término tan galante y heroico para referirse a nosotros. Ciertamente esta frase del Pastor tenía una connotación alegre; yo la disfrutaba. Disfrutaba ser un centinela en la Patrulla del Amanecer.
Ahora que yo soy Pastor, he pensado más en esta frase tan simple. Ahora significa mucho más. Me parece que la frase es muy apropiada para los que prefieren la misa de la mañana. Ahora los veo como un pilar fundamental de nuestra parroquia.
Hice un poco de investigación y descubrí que hay una película clásica de la década de los años 30 que se llamaba La Patrulla del Amanecer. Era una película de guerra, y recordaba la valentía de los jóvenes que desplegaron mucho heroísmo en los cielos y campos de Europa durante la primera guerra mundial. La promoción de la película alababa a los hombres que galantemente irrumpieron en las páginas de la historia, y la llamaban una historia “que escribe su mensaje en los corazones del mundo”.
A primera vista, el heroísmo de estos hombres no parecía tener ninguna conexión con el grupo de la misa de las mañanas. A lo mejor la frase del Pastor era un poco exagerada; pero no…. Frecuentemente describimos nuestro camino en la fe como una “Batalla Espiritual”. Cada uno de nosotros tiene esta batalla interior, y tiene que participar en la pelea más significativa de nuestras vidas… la pelea por nuestra alma. Esa es la cruzada más importante. Es una búsqueda de consecuencias eternas.
En la popular canción de la época de los 70, Llego la mañana, encontrarás este párrafo…
Mía es la luz del sol, mía es la mañana
Nacido de una luz, el Edén lo presenció
Alaba con entusiasmo, bendice cada mañana
La creación de Dios de un nuevo día
Muchas mañanas cuando veo a los devotos asistiendo a la misa pienso en esta canción. Es como si los que asisten a la misa de la mañana estuviesen respondiendo a la llamada de Dios cuando aparece el primer rayo de luz… la luz que comienza a levantar en la noche oscura… la luz que llena de brillo el cielo de la mañana… la luz que calienta la tierra y cambia los vientos. Ellos llegan para empezar su día a los pies del Creador Divino, y para unir sus oraciones y sacrificios al sacrificio eterno que asegura nuestra salvación. Yo pienso que las oraciones de los que asisten a la misa diariamente son un pilar fundamental de nuestra parroquia. Cada mañana rezamos por los enfermos y los necesitados de nuestra parroquia, y de alguna manera, eso nos incluye a todos nosotros. Los que asisten a la misa diaria de la mañana son efectivamente La Patrulla del Amanecer que invita a Cristo todos los días.
La Iglesia enseña que la misa es el sacrificio de Dios hecho presente otra vez. No se recuerda como si estuviese ausente o si fuese un evento del pasado. Es recreado. Así que cuando vamos a la misa nos conectamos con el poder de vida de estos eventos que nos salvaron, y que hacen posible que todo sea nuevo. Porque el Hijo, nuestro señor Jesús, generosamente nos ha hecho parte de su cuerpo, nosotros mismos ofrecemos al Padre el sacrificio que más lo complace: la ofrenda perfecta de su Hijo perfecto.
Algunos pensaran que es tonto aventurarse a dejar la comodidad de nuestra cama en la mañana para ir a misa. Podrían decir, ¿Para qué?, podría dormir media hora más. Pero eso no preocupa a los que asisten a la misa diariamente en la mañana. Ellos son La Patrulla del Amanecer, centinelas que vigilan el regreso del Rey.
Fr. Michael Harrington, a native of Swampscott, MA, is a Catholic Priest for the Archdiocese of Boston, and Currently the Pastor of St. Mary’s of the Annunciation Catholic Church in Cambridge. In the past he served as The Director of the Office of Cultural Diversity for the Archidiocese of Boston and is currently a Consecrated member of the Institute of Jesus the Priest (the Pauline Family).