“Dejarse sorprender por el Señor “

Mother María Elena Martínez is a nun, born in Mexico City, where she still resides today. She has had a consecrated life for more than 30 years. She is currently a member of a community called María Madre del Amor which is dedicated to evangelization through Emmaus retreats in parishes and prisons and Sicar retreats for young people.
A veces, en la vida espiritual, se puede correr el riesgo de estancarse o acomodarse pensando que ya no queda más por aprender, crecer o descubrir, cayendo así en una especia de monotonía o tedio espiritual. Sin embargo, Dios es un Dios de sorpresas, y si uno se abre a la gracia, El puede irrumpir repentinamente en nuestras vidas y darle un giro inesperado, siempre con el propósito de utilizarnos para establecer su reino en la tierra y llevarnos por el camino de la santidad.
Esto fue lo que me sucedió a mí hace 10 años, cuando pensaba que no me quedaba mucho más por descubrir, y que acabaría mis días sirviendo al Señor en una pequeña comunidad a 100 kilómetros de la Ciudad de México. Providencialmente entró en mi vida el retiro de Emaús, y a partir de ahí Jesús me pidió llevar la luz de este poderoso instrumento de evangelización a los sitios más escondidos y olvidados, como a l sierra de Puebla, Querétaro, Tabasco (México), o la del Cusco (Perú), así como a los diferentes centros penitenciarios. En estos 10 años he tenido todo tipo de experiencias: he pasado hambre, frío, calor, cansancio, incomodidades, y lo que nunca puede faltar, son las calumnias y desprecios. No obstante, todo ello ha sido enormemente recompensado con el privilegio de poder ser testigo de cómo Jesús ha ido sanando, liberando y rescatando tantas almas que durante años no le habían podido reconocer a lo largo del camino, como les sucedió a los 2 discípulos de Emaús.
Y por si esta aventura no fuera suficiente, hace 6 años el Señor me permitió experimentar la sed que tiene de atraer a los jóvenes y darles a conocer el Don que El les quiere regalar de darles a beber de la verdadera fuente, naciendo así el retiro de Sicar por el que tantos jóvenes se han podido encontrar con Jesús, que los esperaba como a la samaritana en el pozo.
Por último, yo los invito a no cerrarse a la gracia, a dejarse sorprender por Dios y a no poner límites a lo que aún El puede obrar a través de nosotros.