Jesús Abandonado

Mother María Elena Martínez is a nun, born in Mexico City, where she still resides today. She has had a consecrated life for more than 30 years. She is currently a member of a community called María Madre del Amor which is dedicated to evangelization through Emmaus retreats in parishes and prisons and Sicar retreats for young people.
Muchas veces se ha discutido sobre cuál fue el mayor sufrimiento de Jesús durante su pasión. Algunos piensan que fue durante su agonía en el Huerto de los Olivos, cuando tuvo ante sus ojos el peso del pecado de toda la humanidad.
Sin embargo, creo que el momento de mayor dolor para Jesús, fue cuando se sintió abandonado por el Padre, lanzando ese grito desde la Cruz: “Dios mío, ¿por qué me has abandonado”?
Jesús no amó nunca tanto al Padre y a la humanidad, como cuando se sintió abandonado por Él. En ese abandono, Jesús abrazó todos los tipos de sufrimientos del hombre; es decir, que en ese grito de dolor Jesús nos da la posibilidad de resurgir, en ésta y en la otra vida, de cualquier tipo de muerte o sufrimiento a los que nos podamos enfrentar.
En Jesús Abandonado están representados todos los tipos de rechazo, soledad, marginación, desconsuelo, desesperación. En ese instante, incluso toma el dolor del pecador que no cree poder ser perdonado, o del no creyente, incapaz de tener fe en Dios.
Mirar en aquel que más nos cuesta amar, en el que no tiene un aspecto o una personalidad atrayente, el rostro de Jesús Abandonado, nos ayudará a entenderlo, aceptarlo y acogerlo en nuestro corazón.
Y es precisamente ese modelo de Jesús Abandonado, al que tendremos que imitar, si en verdad deseamos alcanzar la santidad. Su ejemplo de amor y dolor que se funden en una sola cosa; su anonadamiento y desapego de todo, a fin que su voluntad sea una con la de Dios.
“Cada uno debe amar al propio Jesús Abandonado. Él nos pide que lo abracemos en esos dolores, contrariedades, enfermedades, tentaciones, circunstancias, personas y obligaciones que nos atañen. Levantémonos en la mañana con este propósito en el corazón: Hoy viviré sólo para amar a mi Jesús Abandonado.” (Chiara Lubich)