Perseverancia y Esperanza
No podemos equivocarnos, vivimos días difíciles. En los últimos seis meses hemos pasado por una pandemia inesperada, el cierre de las iglesias, disturbios raciales y políticos, destrucción de propiedades y divisiones a lo largo y ancho del país. Nos han pedido que hagamos cuarentena, que mantengamos el distanciamiento social, cubrir nuestras caras e incluso aislarnos de nuestra familia y amigos. Para muchos, estos últimos seis meses han traído mucho miedo, ansiedad, confusión, soledad y sufrimiento; mientras tratamos de estar juntos (pero distanciados) intentamos aprender a vivir esto que muchos llaman “la nueva normalidad”.
Todos reaccionamos diferente frente a la ansiedad y el miedo, pero me atrevo a decir, que estos últimos meses han sido para muchos una llamada de atención! Nos queda claro que Dios nos está diciendo que en estos tiempos de emergencia dupliquemos nuestras oraciones. Estamos llamados a tomar nuestras cruces y unir nuestro sufrimiento con la Pasión y Muerte de Jesús. Haciendo eso, se nos recuerda el gran mérito que existe cuando se une nuestro sufrimiento a la Cruz de nuestro Salvador.
Para mí orar más a menudo, ha traído como resultado un regreso consciente a la misa diaria, una confesión más frecuente, el rosario diario, la coronilla de la Divina Misericordia, y también Adoración Eucarística al Santísimo Sacramento el mayor tiempo posible. Algunos días y semanas abrazo con facilidad y alegría estas devociones y otras veces se me hace muy difícil dedicarle mi tiempo a Dios. Algunas veces es el trabajo, otras son las tareas de la casa, incluso en ocasiones es la falta de deseo o energía; pero el Señor es paciente y siempre me empuja amorosamente y me invita a volver.
En estas semanas que han transcurrido, más que nunca, el Señor me ha hablado repetidamente en mi corazón. Perseverancia. Para mi corazón, esta palabra significa una hermosa afirmación y recordatorio de la carta de San Pablo a los Romanos, y también es una palabra que me da una gran Esperanza, incluso en los días más difíciles. Es la manera que Dios tiene de decirme “Te quiero. Estoy a tu lado y nunca te abandonaré. Sigue adelante!”
Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia, y la paciencia, carácter probado; y el carácter probado, esperanza, y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado.
(Romanos 5:3-5)
Jesús nos está acercando a cada uno de nosotros a su Sagrado Corazón donde nunca necesitamos tener una máscara o tener distanciamiento social y donde podemos entregar a sus pies todos nuestros miedos y ansiedades. El nos restaurará, nos sanará y nos dará su paz. El nos recuerda que siempre está cerca y que nunca caminamos solos. No nos alejemos nunca de nuestro Dios misericordioso, porque estos días de pandemia y distanciamiento eventualmente llegarán a su fin. Oremos por la gracia de la perseverancia mientras caminamos juntos hacia nuestra casa definitiva en el Paraíso!
Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de Arcángeles, que Dios Nuestro Señor nos conceda la gracia de la perseverancia final en la Fe y en las buenas obras; y así nos lleve a la Gloria del Paraíso. Amén.
(Extracto de la Coronilla de San Miguel)
Colleen M. Donohoe was born and raised just North of Boston, the youngest of 7 children. She is the proud “Auntie” to 17 nieces and nephews and 5 great nieces and nephews who bring tremendous joy to her life! For the past 25 years, Colleen has served in a variety of roles in the Archdiocese of Boston, primarily as a Catholic Educator. After spending many years as a theology teacher and campus minister, she currently serves as the Associate Superintendent of Catholic Identity and Respect Life Educator for the Archdiocese of Boston Catholic Schools. It is a great honor and blessing for Colleen to continue little Christina Dangond’s legacy to “Build the Faith” wherever and however God calls.