Navidades: Pausamos, reflexionamos y consideramos
Hoy es el cuarto Domingo del Adviento, lo cual significa … solo una semana para la navidad! ‘ah”? Usted diría “todavía no, hay mucho que hacer antes de la navidad!” Pues bien, el pensamiento que la Navidad está “a la vuelta de la esquina” puede invocar varios niveles de ansiedad en los padres esperanzados en hacer esta navidad más especial para sus hijos, especialmente este año; para una pareja apenas comprometida o recién casada que sigue todavía buscando ese “regalo perfecto”, y para muchas otras personas “orando” para que sus compras en línea lleguen a tiempo. Pero los cristianos también adoptan otra perspectiva de la navidad, que ésto es mas que un simple día, y nos dan razones para pausar, reflexionar y considerar.
Pausamos. Pausamos y “miramos” el pesebre, el cual ocupa un lugar especial en nuestra casa y nos recuerda que la navidad ha empezado, donde no hubo cuartos en el hostal. Recordamos que una noche fría y húmeda rodeó a la sagrada familia, encontrando solamente un establo, un pesebre donde había animales, para el nacimiento del divino niño. Ellos silenciosamente aceptaron las circunstancias sin quejarse ni arrepentirse, sin tristeza ni resentimiento, y solo buscaron en confiar aún más que el Padre celestial había ordenado estos sufrimientos y tribulaciones, esta forma empobrecida de vivir la vida, para que su hijo pudiera experimentar lo que los menos favorecidos entre nosotros experimentan cada día. El hizo esto para nuestros pecados. No nos lleva este pensamiento a hacer una pausa, para expresar una tristeza sincera por nuestros pecados, qué trajeron a este salvador? Tanto nos ama!
Reflexionamos. Reflexionamos “maravillados” que ningún lugar solitario ni otro escenario pudiera haber sido mejor para que nuestro salvador llegara al mundo. No hubo periferia tan distante que él no pudiera alcanzar al bajar hasta nosotros para tocar nuestra pobreza, nuestro aislamiento, nuestro sufrimiento, y así revelarnos la cercanía y el amor misericordioso del Padre Celestial. El prefirió vivir una vida de humildad absoluta y desprendimiento propio, para que el hijo de Maria nos fortaleciera y estimulara en nuestros tiempos de dificultades. Esto no nos da razón acaso para meditar sobre su más grande sufrimiento y que expresemos nuestra gratitud más profunda por habernos salvado? Tanto nos ama!
Consideramos. Consideramos con “asombro y admiración” cómo es que debemos responder a una más profunda imitación de la navidad: “arrepentirnos y creer en el evangelio”. Sí, somos llamados a la conversión desde una forma más terrenal de vivir la vida- sin embargo puede ser para cada uno de nosotros- y empezar a ver todo nuevo, la presencia de Cristo viviendo entre nosotros hoy. Es cuando decidimos dejar nuestros pecados atrás, que las escamas caigan desde nuestros párpados como lo hicieron en San Pablo, y empezamos a entender por qué, igual que los ángeles en esa primera navidad, también podemos cantar “Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres”. Es ahí donde entendemos que podemos seguir hacia adelante como los pastores, “glorificando y alabando a DIOS”. Es ciertamente la razón por la que tratamos de buscar el pesebre del mundo moderno, la navidad, como lo hicieron los reyes magos, “cayendo a sus pies y alabándolo”. No nos da ésto mas razones para querer ser tan generoso como El lo fué? Tanto os ama!
La navidad se trata de cuánto El nos ama. Es cuando queremos abrir “espacio” entre nosotros para Cristo: en nuestros corazones, en nuestros pensamientos, y en nuestras acciones. Significa pausar, meditar y considerar que Cristo todavía está entre nosotros, mas presente en la Navidad, donde lo encontramos en la eucaristía, “el pan que baja del cielo” (Juan 6:50) para que nosotros “tengamos vida y vida en abundancia” (John 10:10). Esta es la verdadera razón para la navidad, para la misa, para la eucaristía: que lo tengamos a El en nosotros!
Construir la fe es un privilegio porque hemos experimentado principalmente el trabajo del Maestro Constructor entre nosotros, cortando y podando, perdonando y sanando, alimentándonos y dándonos vida – y así queremos darle a muchos más el privilegio de experimentar la navidad en sus propias iglesias, donde pueden ir a encontrar a Cristo en la eucaristía: ver a Cristo cara a cara. Sí, la navidad vendrá y habra intercambio de regalos, pero ahora recordamos la verdadera razón para regalar y la verdadera razón para construir la fe: para darle gloria a DIOS en las alturas! Pequeña Cristina, ruega por nosotros!
Fr. Ed was ordained to the priesthood in May 2000 for the Archdiocese of Boston. He held three different parish assignments in the Archdiocese from 2000-2010 before his appointment to the Faculty of Saint John’s Seminary, where he was Dean of Men and Director of Pastoral Formation from 2010-2022. Fr. Ed is currently the Administrator of Sacred Heart Parish in Waltham, MA and Spiritual Director & Liaison for the Office for Homeschooling of the Archdiocese of Boston. He is the Spiritual Director for the World Apostolate of Fatima in the Archdiocese and a perpetually professed member of the Institute of Jesus the Priest of the Pauline Family.