Maravilla Infantil

Peter grew up in Lexington, Massachusetts with his two sisters and three brothers. In his free time, He enjoy playing and watching sports. he also enjoys hiking, skiing, and reading. He first heard the call to the priesthood shortly after graduating college and was ordained a priest on May 20th, 2024.
Desde mi ordenación sacerdotal hace cinco meses, he descubierto que las personas cercanas a mi hacen que los Evangelios cobren vida. Los niños de la escuela, entre tres y doce años, son especialmente buenos en esto.
Justo el otro día, cuando estaba hablando con un grupo de niños de pre-escolar, un niño curioso me preguntó: “Padre Peter, ¿su pijama también es negra?” Antes que pudiera tener la oportunidad de responder, otro niño gritó: “¿Y por qué llevas un collar de perro en el cuello?” Después de responder estas divertidas preguntas, me preguntaron: “Padre Peter, ¿dónde vive Dios y cómo es?”
Me encantan todas estas preguntas, especialmente la última, porque nos enseñan cómo debemos acercarnos a Dios. Los niños están muy ansiosos por saber dónde vive Dios y cómo es. No es de extrañar que Jesús diga que al menos que seamos como niños pequeños, no entraremos en el reino de Dios. (Mateo 18:3)
Ser infantil, como nos muestran estos niños curiosos, significa estar llenos de asombro. Necesitamos maravillarnos de la bondad de Dios. Muy a menudo, a medida que envejecemos y nos endurecemos por el pecado, perdemos el asombro que Dios nos pide. Sin el asombro infantil, nuestra fe se vuelve más habitual y menos centrada en un encuentro nuevo y personal. San Pablo dice que cualquiera que viva en Cristo es una nueva creación, lo viejo queda atrás y algo nuevo nace. (2 Corintios 5:17.) Esta novedad ciertamente es algo que debería sorprendernos. Si vives en amistad con Dios, la Trinidad literalmente habita en tu alma. Esta es una maravillosa noticia.
Cuando vivimos la vida totalmente cautivados por esta maravilla, sin darnos cuenta, llevaremos a nuestro prójimo a Jesús. Todos nosotros, independientemente de nuestra edad somos como mis niños de pre-escolar, que anhelan saber dónde vive Dios y cómo es. Hoy pidamos a Dios la gracia de restaurar nuestro asombro infantil. Para ello, comencemos realizando oraciones de acción de gracias. Pensemos en la sencillez de las oraciones de un niño, que nada se interpone en su camino. Sólo quieren expresar su amor por el Dios que los creó maravillosamente. Prueba esto y estarás en el camino correcto para tener la fe como la de un niño.