¿Qué vamos a hacer hoy Señor?
Desde hace algún tiempo he estado buscando formas para lograr que mi relación con Dios sea menos fragmentada. Mecanismos para asegurarme que Dios está presente durante todo el día, en todo lo que hago, y no solamente en los momentos que tengo apartados para rezar y reflexionar. Maneras para realmente caminar de la mano de Dios, y practicar lo que dice en Gálatas 2:20 “No soy yo el que vive, si no Dios que vive en mí. Y la vida que ahora vivo en este cuerpo la vivo en la fe del Hijo de Dios, quien me amó, y renuncio a todo por mí. En realidad, mi vida diaria es muy distinta; y tal vez como le pasa a muchos de ustedes, las responsabilidades de trabajo, la familia, la casa, ocupan la mayor parte de mis pensamientos, y es fácil distraerme sin recordar a Dios. No estoy orgullosa de esto, pero decir que yo vivo mi vida en un estado de inspiración mística simplemente no es cierto.
Rece mucho al Espíritu Santo por su intervención, casi pensando que una luz celestial iba a bajar del Cielo e iluminarme. Me imaginaba como en las estampas de los santos rodeada de luz y mirando al cielo en agradecimiento por el amor de Dios. Entonces me di cuenta que tenía que ser más practica y realista en mi deseo de tener a Dios presente en mi vida.
Con la ayuda de mi asesora espiritual, deje de lado la vergüenza que sentía por tener dificultades para mantener a Dios presente en mi vida, y así hablamos con confianza de las herramientas que utilizo: rutinas de una aplicación religiosa llamada Hallow, una alarma en mi teléfono celular a la hora de la misericordia, un rosario en mi escritorio, o en mi mesa de noche, una nota en el monitor de mi computadora. Si, yo sé que estas herramientas son bastante mundanas, y Dios no es una tarea en mi lista de pendientes, ¡pero estas herramientas me ayudan! Cada una de estas herramientas terrenales, y posiblemente prosaicas me llevan de vuelta a Dios, aunque sea brevemente, y crean una hebra que se entreteje a lo largo del día. Eso es lo que yo quiero, reflexionar sobre mi día y saber que Dios estuvo presente, aunque haya necesitado un empujoncito
Yo no sé si en algún momento voy a dejar de necesitar recordatorios, pero por ahora los necesito. Estoy feliz de tener a mi disposición tantas herramientas útiles, y sé que depende de mí usarlas de manera consistente y disciplinada. Es reconfortante saber que Dios estará en mi día, y así puedo empezar cada día diciendo ¿Señor, que vamos a hacer hoy?
Maria Eugenia was born in Caracas, Venezuela, the oldest of four siblings. She lives in Bolton, Massachusetts with Alex, her husband of 22 years, and Rocky, their 2-year old French Bulldog. Alex and Maria Eugenia are parents to twin boys Carlos and Luis, 18, both college freshmen. Maria Eugenia was raised in a Catholic family, though her Catholic faith had not always been present in her life. Maria Eugenia was inspired by Christina’s journey and by the beautiful way in which her parents and close friends choose to maintain her legacy. Christina’s faith has reframed her perspective of life and has given her a newfound source of strength and purpose.