Confiar a ciegas: lecciones del dolor crónico
Durante los últimos años, he estado viviendo con dolor crónico. Ha sido un camino difícil, pero he aprendido una gran lección: la importancia de confiar en Dios, incluso cuando no puedes ver la luz.
Antes que comenzaran mis problemas de salud, estaba muy enfocada en el éxito laboral. Me enseñaron a trabajar duro, a esforzarme por la excelencia y a medir mi valor por mis logros. Y aunque estas son cualidades valiosas, mi experiencia con el dolor crónico me ha mostrado que hay mucho más en la vida que el éxito, como las relaciones, la fe y encontrar la alegría en los momentos cotidianos. A través de este viaje, Dios me ha mostrado que nuestro valor no está determinado por lo que logramos, sino por quiénes somos y en quiénes nos estamos convirtiendo. A veces, las lecciones más valiosas que podemos aprender no provienen del éxito, sino de la lucha.
Confiar ciegamente en Dios me ha permitido dejar de lado las cosas que solían consumirme y me ha ayudado a concentrarme en lo que realmente importa. Me ha permitido conectarme con otros a un nivel más profundo, encontrar belleza en lugares inesperados y ver la mano de Dios trabajando en mi vida.
A través de todo esto, he aprendido que el plan de Dios es más grande que el mío. Su plan no siempre es fácil, pero siempre es bueno. Incluso cuando no podemos ver el camino adelante, podemos confiar en que Él nos guiará a través de la oscuridad.
Si estás atravesando un momento difícil, ya sea dolor crónico u otra cosa, te animo a que te apoyes en tu fe. Confía ciegamente en Dios, incluso cuando no puedas ver el camino adelante. Ten en cuenta que Él tiene un plan para ti, incluso si no es el que habrías elegido para ti mismo.
Confiar ciegamente puede parecer aterrador al principio, pero es un paso necesario en el camino hacia la verdadera paz y alegría. Más importante aún, como he aprendido, puede llevar a una comprensión más profunda del amor de Dios y del propósito de nuestras vidas.
Claudia and her husband Juan have shared many wonderful years together in Houston. As their four amazing kids are almost all gone to college, the couple is finding joy in spending more time in Claudia’s hometown of Valledupar, Colombia, embracing the chance to be closer to their family.
A passionate entrepreneur, Claudia’s spirit shines through her flourishing online women’s accessories business. Though the past four years have brought with them the challenge of chronic pain, she has persevered, her faith unshaken. Through this journey, her relationship with God has blossomed, and she is filled with gratitude for the blessings in her life.
In the face of adversity, Claudia remains a beacon of hope and acceptance, understanding that His will guides her path. With unwavering optimism, she openly shares her testimony, inspiring others with the knowledge that, through faith and love, things can always get better.