Maternidad: Un Plan Redentor de Dios
El diseño de Dios para cada mujer es impecable. Cuando nos creó a su imagen, nos regaló la capacidad de manifestar su glorioso amor a través de la maternidad. Desde el primer momento que supe que estaba embarazada, algo en lo más profundo de mi corazón se despertó. Es un sentimiento que solo las madres pueden reconocer; ¡Es indescriptible, pero tan presente y palpable! ¡Los sutiles movimientos de aleteo de la nueva vida acarician el alma de una madre desde el principio! La cuna del vientre de una madre nos hace darnos cuenta verdaderamente de la belleza de la creación de Dios, la asombrosa grabación de su nombre en cada rincón del cuerpo humano. Sin embargo, en la perfección de su creación somos tan imperfectos, tan frágiles. La promesa de Dios de fortaleza y asistencia es lo que nos da un nuevo comienzo día tras día, la resiliencia y el coraje que necesitamos para enfrentar las tribulaciones de la maternidad.
A través de nuestras obras fieles como madres, el sacrificio de Jesucristo es exaltado. Cuando llevamos a cabo nuestro proyecto maternal, logramos plasmar la doctrina de Jesucristo en nuestra vida. Como madres participamos en levantar una generación fiel a Dios. ¡No hay trabajo más importante que este! Por eso, debemos aprovechar cada segundo del día para sembrar en nuestros hijos la comprensión de sus obras. ¡Qué espléndido plan tiene Dios para nosotras!
En mi caminar he aprendido que Dios no nos muestra todo el camino, nos muestra el siguiente paso. A menudo dudo y me pregunto al final de mi día qué podría haber hecho mejor. Dios es testigo de mi incertidumbre y misteriosamente me guía paso a paso. ¿Se sentirá mi corazón maternal alguna vez plenamente realizado? Siempre hay una tarea pendiente, un desorden que limpiar, un abrazo que dar y mucho margen de mejora. ¡Esta es verdaderamente la belleza de la maternidad! Crecer, aprender y mirar a los ojos al modelo perfecto de la paternidad, Dios. Él nos da tanto, incluyendo a su hijo Jesús como un verdadero ejemplo para que a través de nuestro camino también podamos convertirnos en sanadoras, maestras y servidoras.
¡Ser la madre que Dios quiere que yo sea requiere trabajo constante, disciplina, sacrificio, esfuerzo y mucho amor! Si hay algo con lo que la mayoría de las madres se pueden identificar, son nuestros desafíos constantes. Es esencial para nosotras saber que todo el esfuerzo que ponemos en nuestros días vale la pena. Como madres, enfrentamos muchas pruebas, pero cuando podemos conectar estos sufrimientos con los sufrimientos de Jesús y reconocer que esta efusión de amor sacrificial que damos a nuestros hijos tiene un propósito mayor, entonces somos capaces de entender nuestro llamado y acercarnos mas a Dios.
¿Cómo podemos entender nuestro propósito? Profundizar nuestra relación con Dios, perseverar en la oración y la reflexión, y encontrar tiempo en nuestras rutinas diarias para permitir que el Espíritu Santo santifique nuestros corazones; eso nos ayuda a ser las madres que Dios quiere que seamos. ¡Seguir a María, la más grande de todas las madres, y aprender de su amor ejemplar y perdurable, seguramente nos puede ayudar a ser mejores madres!
La mayoría de nosotras recordamos haber orado alguna vez por el magnífico regalo de la maternidad. ¡Oremos ahora para que seamos capaces de vivir cada día con fe, alegría, amor y certeza de que nuestra maternidad es un Plan Redentor de Dios!
Leiri Bocanegra was born in Villalba, Puerto Rico but now resides in Massachusetts with her Husband and four children. Leiri and her husband Gustavo met in their parish youth group, “Agape,” and have been serving together ever since! You can usually find them singing together at church events and retreats! Leiri works as the Coordinator of Outreach and Evangelization for St. Mary’s Parish in Cambridge, Massachusetts. She also has a nursing background in both Geriatrics and Pediatrics. She has been a member of the Holy Family Institute for six years and enjoys Family Ministry. Her biggest accomplishment has been becoming a mother. She enjoys being able to use social platforms to help other Catholic mothers connect and assist one another through the wonderful vocation of motherhood!