¿ESCUCHAS SU CANTO?
MariaCristina was born in Santa Marta, Colombia on the day of Our Lady of the Miraculous Medal. Because of this gift from Heaven, she took a deep love for the Blessed Virgin Mary and, together with her husband and children, she has consecrated her life to Mary. She knows that Our Lady is truly her mom who helps her in all aspects of her life.
At the age of 32, Maria Cristina was diagnosed with breast cancer and began to live a stage in her life full of physical suffering, but also a life filled with grace and blessings. It was then, in those moments of loneliness and isolation, that she was able to experience God’s Love and hear His Voice deep within her heart. Fortunately, the miracle of healing occurred and since then Maria Cristina has dedicated herself to serving the Lord. She knows that nothing comes from herself, but that everything is the product of Divine Grace.
Aunque nací en Santa Marta, vivo hace 28 años en Villavicencio, una ciudad que pertenece a los Llanos Orientales de Colombia. Aquí he conocido una cultura muy diferente, pero a la vez, muy hermosa y enriquecida con tradiciones como en todo el territorio colombiano. Algo que llamó mucho mi atención fue el “Canto del trabajo del llano” o “Cantos de vaquería” los cuales no solo son una expresión relacionada con la música, sino que también implican una relación directa del vaquero con el ganado que cuida. Es una escena fascinante, tanto, que se ha convertido en patrimonio cultural de estas tierras. Cuando el vaquero canta al ganado, demuestra su espíritu llanero, orgulloso y amante de su territorio, de la naturaleza y de los animales que cuida y que guía. El llanero le canta al ganado dependiendo de las circunstancias: un canto para arrearlo, un canto para ordeñarlo y otro canto hasta para tranquilizarlo por las noches… Es real que estos cantos siempre traen muy buenos beneficios, pues el ganado responde bien a la voz de quien lo cuida.
Me asombra ver la manera como una gran cantidad de vacas y toros responden al llamado de su cuidador, giran su cabeza, ponen atención y hacen lo que el vaquero le ordena al cantarle…¡es increíble! Podemos ver cómo un vaquero con máximo dos ayudantes, guía lotes enteros de ganado sin problema alguno. Y bueno, como siempre, no puedo dejar de traerlo a mi vida, a la vida de todos nosotros los hijos de Dios, pues contemplar la naturaleza es para mí un goce total. La actitud de estos animales me conmueve: en primer lugar, ESCUCHAN, no importa qué tan lejos estén del vaquero, cuando este las llama, siguen esa voz, además, es evidente que CONFÍAN en quien las cuida y OBEDECEN haciendo, con toda tranquilidad, justo lo que el canto les indica hacer.
Y entonces claro que vienen las preguntas: ¿cómo es posible que estos animales, que actúan por instinto, puedan reconocer y seguir a quien los guía porque entienden que únicamente les hará un bien, les proveerá del alimento que necesitan y los llevará a un lugar donde puedan descansar tranquilos?, pero en cambio, ¿cuántas veces nosotros, hijos de Dios, dotados de inteligencia, alma y razón, desconocemos la voz de quién no sólo cuida de nosotros, sino que nos ha amado hasta el extremo, dando su vida por nuestra salvación, y aun así, no escuchamos su voz, no confiamos en su Misericordia y no obedecemos sus designios, alejándonos entonces del bien, para luego llorar e incluso reclamarle, pórque nos ha dejado solos, abandonándonos a nuestra suerte?.
Dios nos ha pensado, nos ha creado a Su imagen y semejanza y se derrite de amor por cada uno de nosotros. La naturaleza, creación de Dios, nos enseña muchas cosas buenas, y nosotros, también creaturas, no debemos ser inferiores a la dignidad que se nos ha dado como hijos de Dios. No insistamos en ir en contra del bien supremo, de ese Buen Pastor, y si me lo permiten y viene al caso, de ese “Buen Vaquero”, que nos hará descansar en verdes praderas, nos conducirá hacia aguas tranquilas, nos dará nuevas fuerzas y nos llevará por caminos rectos y aunque pasemos por el más oscuro de los valles, no temeremos porque El, tu Dios y mi Dios, estará con nosotros, nos protegerá y jamás nos fallará.