En el silencio de nuestros corazones
En el silencio de nuestros corazones, Dios habla de Su amor; con nuestro silencio, permitimos que Jesús nos ame. ~ Madre Teresa
En el Evangelio de hoy encontramos al Señor de una manera única. Cuando Jesús entra en el templo en Jerusalén, descubre que el área está siendo utilizada como un mercado. Voltea las mesas y expulsa a los vendedores mientras declara: “Quitad esto de aquí, y no hagáis de la casa de mi Padre un mercado”. (Juan 2:16)
Al reflexionar sobre esta escena, surge la pregunta, “¿De qué manera podríamos estar tratando la casa de Dios como un mercado?” Como católica “itinerante”, a menudo asisto a misa diaria y adoración eucarística en varios lugares, incluso adorando en tres o cuatro parroquias en una semana. Es un punto de vista diferente a muchos otros en el que puedo decir con seguridad que he visto [y oído] todo, o al menos lo suficiente como para preguntarme cómo reaccionaría Jesús si entrara en una de nuestras iglesias hoy. ¿Encontraría Jesús similitudes con un mercado moderno?
Lo anterior me hizo cuestionar, ¿Soy culpable de la falta de atención e incluso apatía ante Jesús? ¿Participo en charlas ociosas y conversaciones interminables que a menudo se escuchan a través de las bancas y pasillos? ¿Son estas instancias más deseables que adorar al señor eucarístico, o al menos, ¿molestan a aquellos que anhelan la oración silenciosa ante Jesús? Lamentablemente, gran parte de lo que describo es común en muchas iglesias; antes, después e incluso a veces durante la santa misa. Con frecuencia, nuestras iglesias imitan el ambiente de la cafetería local con la informalidad de las conversaciones y la despreocupación de las llamadas telefónicas recibidas dentro de la iglesia, lo que podría llevar a preguntarse, “¿En qué se diferencia el edificio de la iglesia de la tienda de comestibles local o Dunkin Donuts?” “¿Qué haría o diría Jesús si estuviera aquí?”
¡¡ESPERA!! ¡¡ÉL ESTÁ AQUÍ!! ¡El mismo Jesús que entró en el templo en Jerusalén en el Evangelio de hoy es el mismo señor eucarístico – cuerpo, sangre, alma y divinidad – que reside en cada sagrario en cada Iglesia Católica en el mundo! Entonces, ¿por qué otras cosas, otras personas y conversaciones tienen prioridad? ¿Cómo no nos detenemos en seco? ¿Nos hemos vuelto tan familiares, o me atrevería a decir, tan descuidados, apáticos o distraídos que la Presencia de Dios es ignorada o secundaria a cosas que fácilmente pueden (y deben) ocurrir fuera de la Iglesia?
Para muchos, esto puede ser una “llamada de atención” desagradable, pero les insto, en estas últimas semanas de Cuaresma, a examinar juntos nuestros corazones y nuestras acciones, especialmente cuando entramos en su santa y sagrada presencia. ¡Encontremos caritativamente una manera de invitar a que las conversaciones tengan lugar afuera! ¡El Rey de Reyes espera paciente y humildemente nuestra atención completa y nuestra generosa respuesta a su invitación a la plena comunión con El! ¡Mientras nuestro señor y salvador se prepara para ascender al monte calvario, para sufrir y entregar su vida por cada uno de nosotros, podríamos ofrecerle, ¿solo una gota de consuelo?
Ofrezcámosle el regalo de nosotros mismos, nuestra plena atención mientras respondemos con afecto y generosidad a esta sincera convocatoria al único que es belleza, verdad y amor en sí mismo: ¡Jesús nuestro salvador, quien está plenamente vivo y presente en cada sagrario en cada Iglesia Católica en todo el mundo! ¿Te rendirás al silencio profundo y hermoso que promete dar fruto en nuestras vidas y en el mundo, mientras nuestro Señor Eucarístico, desde la madera de la cruz y el susurro del sagrario, murmura su amor increíble e insondable en tu corazón? ¡Shhh, escucha, mientras habla en el silencio de nuestros corazones!
Colleen M. Donohoe was born and raised just North of Boston, the youngest of 7 children. She is the proud “Auntie” to 17 nieces and nephews and 5 great nieces and nephews who bring tremendous joy to her life! For the past 25 years, Colleen has served in a variety of roles in the Archdiocese of Boston, primarily as a Catholic Educator. After spending many years as a theology teacher and campus minister, she currently serves as the Associate Superintendent of Catholic Identity and Respect Life Educator for the Archdiocese of Boston Catholic Schools. It is a great honor and blessing for Colleen to continue little Christina Dangond’s legacy to “Build the Faith” wherever and however God calls.