El auto conocimiento y la paz Interior
En el bullicio del mundo, donde la prisa domina y las distracciones parecen inagotables, aprender a permanecer en calma es un arte que solo se domina a través de la conexión con lo esencial. No se trata de huir de las dificultades ni de reprimir las emociones, sino de enfrentarlas con la certeza que cada experiencia es parte del camino trazado para nuestro crecimiento.
La vida interior es un santuario al que pocos acceden con verdadera entrega. La meditación y la oración han sido mi refugio en ese espacio sagrado donde lo superfluo se desvanece y la verdad se revela. En el silencio, el alma encuentra descanso, la mente se ordena y el corazón se dispone a escuchar. Cada día es una oportunidad para comenzar desde la serenidad, permitiendo que la luz divina impregne cada pensamiento, cada acción.
He comprendido que la energía que albergamos en nuestro interior no es estática, sino que se manifiesta en todo lo que hacemos. No podemos ocultar lo que llevamos dentro, pues se refleja en nuestras palabras, en nuestras relaciones y en la manera en que enfrentamos la vida. Quien cultiva paz en su interior proyecta armonía; quien se abandona al caos lo expande a su alrededor. Por eso, proteger la esencia no es un acto de aislamiento, sino de responsabilidad espiritual.
En ese proceso de resguardo interior, la soledad dejó de ser una ausencia para convertirse en un encuentro. Aprendí que el vacío no existe cuando la presencia de Dios llena cada espacio. La soledad no es una sombra, sino la claridad de una presencia que no se percibe con los sentidos, pero que ilumina desde dentro. Es el umbral donde el alma se encuentra con su Creador, donde el ruido del mundo se silencia y la verdad se hace audible.
Vivir desde la espiritualidad es reconocer que la plenitud no depende de lo externo. Nada falta a quien se ha encontrado consigo mismo y ha descubierto que su fortaleza proviene del Creador. Quien aprende a habitar su propio ser con amor y aceptación deja de temer la soledad y encuentra en ella la llave de una existencia más plena.
El mundo puede estar en constante movimiento, pero el alma que ha aprendido a descansar en Dios permanece firme. La verdadera sabiduría no está en buscar respuestas externas, sino en escuchar la voz que susurra en el silencio. Cada día es una oportunidad para reafirmar esa conexión, para caminar con propósito y para convertir la propia vida en un reflejo de la luz que habita en lo más profundo del ser.

Ricardo Gutiérrez is an economist and entrepreneur with extensive experience in various sectors. His life has been marked by professional commitment, faith, and family. Fifty years ago, he married Elsy Dangond, with whom he has built a strong family, raising three children and seven grandchildren. Educated by the Jesuits in Colombia, his education strengthened his principles and trust in God. His faith is his daily guide, inspired by a wise Spanish priest and symbolized by the crucifix before which he prays each day. For him, Jesus Christ is the true architect of his achievements.