Bendiciones Sacerdotales
El otro día, cuando estaba a punto de dar una bendición a los niños, un estudiante de preescolar gritó: “Padre Peter, ¿qué es una bendición y qué hace?” Para ser honesto, creo que todos nos beneficiaríamos al escuchar la respuesta a esta gran pregunta.
Primero, es importante mencionar que las bendiciones sacerdotales juegan un papel crítico en la Biblia. Por ejemplo, Aarón, el hermano de Moisés y sacerdote del Antiguo Pacto, fue instruido por Dios para bendecir al pueblo. Dios le dijo a Aarón: Así bendecirás al pueblo de Israel: les dirás: ‘El Señor te bendiga y te guarde; el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti y tenga de ti misericordia.’ (Números 6:24-25)
Además, a lo largo de la Biblia vemos personas suplicando una bendición de Dios, como Esaú y Jacob en el Libro del Génesis, Capítulo 27. También vemos a Eliseo bendecir el agua y la sal para hacer el agua pura y saludable. (2 Reyes 2:21) En resumen, la Sagrada Escritura deja claro que Dios se compromete con las bendiciones sacerdotales. Sin mencionar que, al final de cada misa, el sacerdote reza: “Que Dios Todopoderoso los bendiga, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, Amén.” En otras palabras, el mismo Dios Todopoderoso bendice a las personas a través de las manos del sacerdote. Aunque hizo uso de mis manos y mis palabras, fue Dios, no yo, quien bendijo a esos estudiantes curiosos de prescolar.
Sabemos que esto es cierto porque en la encarnación, Jesucristo consagró y sacramentó al mundo. La navidad y la pascua son tan importantes porque después de la encarnación y la redención, la realidad nunca fue la misma. Gracias a Jesús, tú y tus hijos, junto con cada persona humana, tienen una dignidad y un destino eterno más allá de lo que podemos imaginar.
La misión de la iglesia católica es extender la encarnación y sus efectos curativos a todos los rincones del mundo. Principalmente, la encarnación se extiende y se aplica a nuestras vidas a través de la celebración de los siete sacramentos. En una frase, los sacramentos nos permiten compartir nuestra vida con la vida de Dios.
Por esta razón, debemos mantenernos cerca de los sacramentos, que son los medios primarios y más efectivos de santificación. También debemos hacer uso de los pequeños recordatorios que Dios, en su bondad, nos da para ayudarnos a mantenernos cerca de los sacramentos. Estos recordatorios se llaman sacramentales. Los sacramentales de la iglesia, que incluyen las bendiciones sacerdotales, están designados como extensiones y radiaciones de los sacramentos. Cuando el sacerdote te bendice a ti o a tu hijo, Dios mismo promete comprometerse con esa bendición. Dios mismo te reclama y te reorienta hacia su sacrificio eucarístico. Así, los sacramentales, como los sacramentos, aunque con menos intensidad, comunican vida divina. Su propósito es continuar la obra de los sacramentos y prepararnos para recibirlos.
Para ese fin, una de las mejores maneras de despertar nuestro deseo por Dios es fomentar una devoción a los sacramentales. Para ayudarte a fomentar esta devoción, te animo a invitar a un sacerdote a tu hogar para que lo bendiga. La bendición tomará unos diez minutos.
Este rito es de suma importancia. Aparta tu casa para Dios. Después de todo, esta bendición junto con la que di a esos niños curiosos en la escuela ayuda a cumplir la misión de Cristo y su iglesia, que es extender la encarnación a los hogares y a las calles de las ciudades y pueblos de hoy.
¡Dios los bendiga a todos!
Peter grew up in Lexington, Massachusetts with his two sisters and three brothers. In his free time, He enjoy playing and watching sports. he also enjoys hiking, skiing, and reading. He first heard the call to the priesthood shortly after graduating college and was ordained a priest on May 20th, 2024.