Amor sacrificial
“Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.” (Mateo 4:7)
Vivimos en un mundo que parece moverse a gran velocidad y sin consideración por las cosas valiosas; los efectos del calentamiento global se hacen notar con su aplastante y devastadora fuerza en muchos rincones del mundo; los escándalos de corrupción y extremismo azotan a los países apabullando a los más pobres y desposeídos, la falta de agua potable y educación para un segmento grande de la humanidad son problemas sin aparente solución en un mundo dedicado a incentivar las guerras, a colonizar otros planetas, a reemplazar el trabajo humano con la tecnología. Las Iglesias mismas se están quedando vacías. Es como si una pandemia de marasmo y desolación se hubiera apoderado de nuestras mentes y almas.
Nos estamos deshumanizando, porque hemos ido perdiendo el concepto de fidelidad. Cuando pensamos de manera egoísta y buscando siempre la comodidad, el facilismo impera y atropellamos los derechos de otras personas. Es mas grave cuando ésto empieza a erosionar la base fundamental de la humanidad, que es la familia. Lo que hizo grande a la sagrada familia, ejemplo para todos los cristianos, fue la inquebrantable fidelidad de José, María y Jesús hacia Dios, hacia ellos mismos, y hacia el prójimo. Al diseminar amor, es natural que queramos preservar a la naturaleza, que nos beneficia a todos, y a cuidar a las criaturas de Dios.
Es la entrega de un amor sacrificial a Dios y a otras personas lo que nos hace dignos de ser correspondidos, admirados, amados por nuestros familiares y amigos. Cuando ignoramos ésto para darle rienda suelta a los placeres mundanos, todo se desarticula y las fundaciones mas importantes de la familia y la sociedad comienzan a derrumbarse. Aún peor, tentamos al mismo Dios al retarlo con nuestros actos conscientes que van en contra de preceptos del respeto, la dignidad, la compasión y la caridad. Abusamos del regalo del presente y de nuestros talentos, y los enfocamos de manera equivocada para solo derivar placer, y perseguir al dios dinero como la única meta posible.
Dios es amor puro, indisoluble y eterno. Siendo fieles a Dios, a la pareja, a los hijos, a los amigos y al prójimo siempre buscando servir y sanar, recibimos amor desde lo más alto, en abundancia. Atentar contra el amor sacrificial es atentar contra nuestro propósito en la tierra. Con la vara que medimos seremos medidos, y por eso vale la pena disfrutar del amor de Dios en unísono con una vida fiel y en armonía, rescatando y preservando los principios y cosas realmente valiosas para el ser humano.
Fernando Dangond, MD, was born in Colombia, South America. He and his wife, Monica, live in Weston, MA, and have been blessed with two sons Daniel and David and a beautiful daughter, Christina (the inspiration behind Build the Faith) who left to be with the Lord 6 years ago.
Dr. Dangond, is a neurologist and scientist who works for a pharmaceutical company developing medicines to treat devastating neurological diseases.