Pongamos las Cosas en Orden
Si hay algo que afecta nuestra vida es vivir en medio del desorden. Lastimosamente muchos de nosotros somos desordenados y ese desorden lo trasladamos a donde quiera que vayamos; es decir, tenemos desorden en nuestra casa, en nuestro lugar de trabajo, en nuestras habitaciones, y, por supuesto, tenemos desorden en nuestra vida, en nuestra mente y en nuestro corazón. El desorden en que muchos vivimos produce en nosotros stress, ansiedad, obesidad, y nos hace personas que no podemos tomar decisiones, sino que las vamos postergando siempre para después.
Debemos proponernos tener una vida ordenada; un cristiano debería de procurar ya no vivir una vida llena de desórdenes, pues nuestro Dios es un Dios de orden. La misma palabra cosmos viene del griego y significa orden. Todo lo que Dios ha creado lo ha hecho con un orden perfecto. Los mismos mandamientos nos fueron dados, no para fastidiarnos y controlar nuestras vidas, sino porque Dios es Padre, y sabe lo que necesitamos para llevar una vida ordenada y en paz. El mismo San Agustín definía la paz como la tranquilidad dada por el orden.
Quizás muchos de nosotros cuando pensamos en comenzar a poner en orden nuestra vida nos sentimos atemorizados por todo lo que eso puede implicar; nos imaginamos en lo mucho que nos costará, o en cuán grande es el desorden que tenemos en la vida que es imposible lograrlo. Dicho orden no se puede conseguir de un golpe, pero sí podemos comenzar poco a poco, paso a paso, sin dar marcha atrás.
Podríamos empezar por poner en orden nuestras prioridades. Por ejemplo:
- Mi tiempo con Dios
- Mi tiempo con mi familia
- Mi salud
- Mi trabajo
Posteriormente, debo hacer una lista de aquellas cosas que debería soltar, porque son un obstáculo para una ordenada vida interior: una mala amistad, un vicio, un pecado recurrente, un apego a algo o alguien, un rencor.
Por último, debo hacer una lista de aquello que tengo que hacer lo antes posible, a fin de empezar esa nueva vida ordenada: puede ser acercarme al sacramento de la confesión, perdonar o pedir perdón a alguien, seguir un horario más o menos fijo en mi vida diaria, y que vaya conforme a mi lista de prioridades.
Esta Cuaresma podría ser una excelente oportunidad para comenzar a poner las cosas en orden, y llevar una vida en paz.
Mother María Elena Martínez is a nun, born in Mexico City, where she still resides today. She has had a consecrated life for more than 30 years. She is currently a member of a community called María Madre del Amor which is dedicated to evangelization through Emmaus retreats in parishes and prisons and Sicar retreats for young people.