La Fiesta de la Humildad

Mother María Elena Martínez is a nun, born in Mexico City, where she still resides today. She has had a consecrated life for more than 30 years. She is currently a member of a community called María Madre del Amor which is dedicated to evangelization through Emmaus retreats in parishes and prisons and Sicar retreats for young people.
Siempre hemos escuchado que la Navidad es la fiesta para estar en familia, para reconciliarnos con aquellos con los que nos hemos distanciado, para sensibilizar nuestros corazones; aquellos más espirituales dicen que es la fiesta del Dios que se hace hombre. Sin embargo, en esta ocasión quisiera llamarla también: “la Fiesta de la Humildad”.
Y es que no puede haber mayor ejemplo de humildad, que el de un Dios que está en el seno del Padre, y acepte ponerse en los brazos de una criatura; que el que está entre los coros de los ángeles, acepte nacer entre animales; que el que se encuentra a la diestra de la Majestad, acepte recostarse en un pesebre; que el que permanece glorioso en el cielo, llore y tiemble de frío.
Bien sabía el Señor que los dos más grandes males de la humanidad son la soberbia y la codicia. Es por ello que al venir a este mundo, éstas fueron sus primeras lecciones: la pobreza de espíritu, desapegándose de toda riqueza, y la humildad de corazón.
No obstante, detrás de esta pobreza y humildad, se esconde también la gloria: tener que ser concebido, pero por obra del Espíritu Santo; nacer de una mujer, pero de una Virgen; yacer en un establo, pero permaneciendo resplandeciente en el cielo; tener que ser circuncidado, pero llevar el nombre de El Salvador.
Que en esta Navidad nos tomemos el tiempo en meditar en estas dos grandes virtudes: la Pobreza de Espíritu y la Humildad: únicos caminos para alcanzar la Gloria del cielo.
“Feliz Navidad a todos”.