Es verano, estamos de vacaciones! Será que Dios descansa?
No, Dios no descansa de nosotros y tampoco el Diablo lo hace. Cuando era adolescente veraneaba en un pueblo junto al mar. Un verano, mis hermanos y yo habíamos llevado amigos a pasar el mes con nosotros. El primer Domingo toda la pandilla fuimos a Misa. En la homilía el Padre dijo que también en verano teníamos que trabajar para ser santos: “no se olviden que Dios no está de vacaciones y los vigila, con amor, desde el cielo”, y agregó: “tampoco el Diablo se toma descanso y va a acecharlos como un león rugiente para devorarlos. Estén atentos y eviten toda ocasión de pecado” (1 Pe 5,5-11). Yo quedé marcada por esas palabras para el resto de mi vida. El trabajo para alcanzar la santidad no tiene descanso!
Este verano me puse a pensar cuál es el proyecto que Dios tiene para mí, especialmente en este año tan peculiar. Volví a leer la exhortación apostólica del Papa Francisco “Alégrense y regocíjense”. Allí dice que el Santo es el que se pregunta qué es lo que Dios quiere para él/ella en su vida hoy y aquí, en esta realidad. Jesús quiere que seamos felices y santos. La Iglesia nos ayuda con el ejemplo de aquellos que vivieron buscando la voluntad de Dios. Esta semana celebraremos a Santa Juana de Chantal, San Juan Vianney, Santo Domingo. Por medio de todos los santos resuena en mí el llamado a ser santa, ellos tienen lazos de amor y comunión para con todos nosotros. Pero también están los santos de la puerta de al lado, que no tienen el título de “santo” pero que conocemos bien y que enriquecen nuestra vida: papá, mamá, un hijo/a, un amigo, vecinos, enfermos, ancianos. Son los amigos de Jesús que se saben sostenidos por su presencia. Como nos recuerda el Papa Francisco ellos son ejemplos vivos de como la santidad crece con pequeños gestos hechos con mucho amor.
En Junio del 2014 el Papa dice que el carnet de identidad de los cristianos son las Bienaventuranzas, porque si queremos ser santos en ellas está el retrato del Santo entre los Santos, Jesús. Y sobre las obras de misericordia, dice nos enseña que “estamos llamados a obsesionarnos, desgastarnos y hasta cansarnos practicándolas”. Aunque tenemos buenas intenciones hay riesgos, a veces nos peleamos, estallamos como un volcán, nos olvidamos que ganar es perder y nos dejamos llevar por la ansiedad, negatividad, tristeza, la mediocridad y la superficialidad. Debemos esperar, ser pacientes, mansos, alegres y tener sentido del humor. Como los discípulos de Emaús debemos ser audaces y fervorosos. El Santo Padre termina invitándonos a recorrer este camino en comunión con los santos, rezando como ellos, que en la oración encontraban a Jesús. También nos recuerda que debemos combatir para resistir los ataques y tentaciones del diablo. Dice el Papa: “el diablo no es un mito, una representación o una figura, es un ángel creado por Dios que osó enfrentarlo y quiere destruir sus obras”, a nosotros que somos obra de Dios! Quiere impedir que anunciemos la Buena Noticia! Quiere alejarnos de Dios!
Los santos son las obras maestras de Dios. El amor de Dios brilla en sus gestos, palabras y vidas y también en sus debilidades y caídas. Pidamos la gracia de esforzarnos para conseguir la santidad. Miremos al prójimo como nuestro camino al cielo. Aceptemos la voluntad de Dios sin quejas o enojos, y ante cualquier situación triste o difícil, imaginemos que Dios nos mira y digámosle: “contento, Señor, contento”. Trabajemos sin cesar en caminar hacia la eternidad!
El Señor siembra en nosotros sentimientos de santidad, empecemos hoy mismo a trabajar aunque estemos de vacaciones!
Alégrense y regocíjense
Paula Gomez Victorica was born in Buenos Aires, Argentina. She was a contemplative nun of the Order of Saint Benedict for 20 years. Since 2001, she has lived in Natick, Massachusetts.
Paula is a Certified Spiritual Director. She currently teaches Biblical Spirituality in asynchronous courses online at Boston College. She is the Coordinator of the Hispanic Community at Saint Ignatius Parish, Chestnut Hill, MA. She is also a Eucharistic Minister and collaborates in the pastoral and enrichment commissions in two parishes of the Metrowest.