El Papel Sacerdotal como Padre
En estos últimos meses, he estado reflexionando sobre mi primer recuerdo de haber considerado alguna vez el sacerdocio. Probablemente no tenía más de cinco o seis años y mi padre nos preguntaba a mis hermanos y a mí qué queríamos ser cuando creciéramos. Cuando llegó mi turno de responder, entre querer ser astronauta, artista y piloto, dije que quería ser sacerdote y también casarme. Mi padre entonces me explicó que no podía ser sacerdote y casarme, pero si me convertía en sacerdote, tendría muchos hijos espirituales en la Iglesia. Y ahora aquí estoy, unos veinte años después, preparándome para mi ordenación sacerdotal el 25 de mayo.
Este recuerdo y estos últimos meses en el seminario me han llevado a reflexionar sobre la paternidad de San José y sus paralelos con la del sacerdote. El fue llamado a ser un padre que vivía en continencia, y su hijo no sería de su propia carne y sangre, pero su paternidad era muy real. Sin embargo, no se detiene ahí, porque como dice San Bernardino de Siena, “fue elegido por el Padre eterno como el fiel guardián y protector de sus mayores tesoros, es decir, su divino hijo y María, su esposa”. De la misma manera, el sacerdote es confiado con los mayores tesoros de Dios, Cristo en la Eucaristía y la iglesia como esposa, de la cual María es la mayor imagen.
Al pensar en esto, en lugar de quedarme atemorizado por esta responsabilidad, me consuela, porque también viene a mi mente que, aunque San José no nació sin pecado (como María y Cristo), el Señor lo eligió cabeza de la Sagrada Familia. ¿Estaba Dios siendo irresponsable? ¿No podría haber creado a alguien sin defecto para hacer el trabajo? Aquí tocamos el misterio del amor de Dios. Dios nos confía dones preciosos incluso cuando somos indignos de ellos, para descubrir que El nos ama a pesar de nuestros pecados; y al descubrir su misericordia, generosidad y cuán preciosos son los tesoros que nos da, nos sentimos obligados a apartarnos de todo lo que nos aleja de El.
Todo lo anterior me lleva a ver el sacerdocio como la manera que tiene Dios de santificarme. Así como Dios llevó a San José a la santidad a través de su papel único como padre, el Señor desea hacer lo mismo conmigo al tomar a la iglesia como mi esposa, con todos sus hijos como propios a través del papel sacerdotal como padre. No puedo evitar escuchar las palabras del ángel que habló a San José como si estuvieran dirigidas a mí, “No temas tomar a María como tu esposa”.
Fr Gabriel, the fourth of six children, was raised in a Catholic family in Framingham, Massachusetts. By the end of high school, he felt a clear calling to the priesthood, though he initially struggled to accept this vocation. Pursuing his dream of studying art, he found himself continually confronted by the question of his vocation. Eventually, Gabriel decided to stop running and went to the Domus Galilee in Israel for a period of discernment. This pivotal decision allowed him to embrace his calling. Father Gabriel was ordained as a priest in May 2024 and is currently serving at the Immaculate Conception Parish in Marlborough, Massachusetts.