Discernimiento de espíritus
Para San Ignacio de Loyola el discernimiento de espíritus es un camino por el cual llegamos a comprender la voluntad de Dios para con nosotros.
La práctica del Examen, una técnica desarrollada por él, para ser una breve reflexión orante de “un cuarto de hora” sobre los acontecimientos del día, para detectar la presencia de Dios y discernir su voluntad para nosotros, ha sido mi nueva forma de oración durante los últimos años.
Aparentemente, el significado más antiguo de la palabra discernir era separar, como tamizar, sacudiendo la paja y reteniendo la harina. Discernir, es tamizar lo que no sirve para tener a la vista lo útil. Eso tiene relevancia para nuestro discernimiento cuando rezamos el Examen: buscamos “ordenar” nuestra situación, percibirla con precisión para responder a la voluntad de Dios para con nosotros.
Por lo tanto, es evidente la importancia de la oración. Para cualquier decisión que debamos tomar, para discernir la voluntad de Dios.
Para Ignacio, el discernimiento implicaba la oración y la iluminación de la gracia; para él la práctica del discernimiento permanente era “buscar la voluntad de Dios para su vida”. Sabía, en primer lugar, que los humanos tienen libertad y sus elecciones tienen consecuencias; segundo, algunas opciones son mejores y más libres que otras; tercero, las elecciones humanas no son solo entre el bien y el mal, sino que a menudo son entre bienes menores y bienes mayores.
En el Examen, Ignacio propone para nuestro discernimiento cinco pasos: pedir guía al Espíritu Santo, saborear el bien dando gracias, revisar el día, arrepentirse de las malas acciones y decidirse a vivir mejor mañana.
Últimamente, involucrándome más en la oración Ignaciana, descubrí la práctica del Examen como un hábito mental reflexivo que está constantemente en sintonía con la presencia de Dios1.
En medio de mis días ocupados, el Examen ha sido una práctica útil y fácil. A veces, nos olvidamos de relacionar nuestra vida con la voluntad y la presencia de Dios.
Dios está presente en todo momento, y el Examen nos ayuda a descubrirlo y actuar en consecuencia. Esta experiencia del Señor llamándonos a la conversión pide nuestra respuesta si queremos crecer en la santidad.
El Examen busca signos de la presencia de Dios en los acontecimientos del día: un almuerzo con un amigo, un paseo por el parque, una palabra amable de un colega, un desafío superado, un deber cumplido. Al Examen le gusta la rutina. Dios está presente mientras preparas la cena, escribes una nota, respondes correos electrónicos y haces mandados. El Examen se centra en tu experiencia consciente y en Dios como alguien que está presente en nuestra experiencia humana.
Hacer tiempo todos los días para examinar mi alma me está ayudando a discernir el camino correcto en conexión con los demás, donde encuentro a Jesús vivo. Mi relación con Dios se hizo más intensa y reconozco mejor mis emociones y reacciones.
Detenerme al menos una vez al día a revisarme en cada encuentro, desafío, desilusión e incluso en cada alegría, es un lugar donde puedo encontrar a Dios. Soy consciente que Dios me ha dado todo. Me colma de sus dones: el don de la vida, la familia y los amigos, o el
trabajo. Incluso la capacidad de dar gracias y alabar a Dios es uno de sus dones.
Rezando el Examen puedo ser honesta conmigo misma, revisar mi realidad bajo la luz del Espíritu Santo. Si bien es una práctica de reflexión y autoexamen regulares, es una oración que nos ayuda a encontrar a Dios en todas las cosas, en lo que pensamos, hacemos y sentimos, incluso en nuestras ocupaciones y en nuestro descanso.
1 Recomiendo la lectura del libro de Jim Maney: Una oración sencilla que cambia la vida: Descubriendo el poder del Examen Diario de San Ignacio de Loyola
Paula Gómez Victorica was born in Buenos Aires, Argentina. She was a contemplative nun of the Order of St. Benedict for 20 years. She has lived in Massachusetts since 2001. Paula is a Certified Spiritual Director. She is now studying for a Post-Master’s Certificate in Ignatian Spirituality at the Clough School of Theology and Ministry at Boston College. She currently teaches Biblical Spirituality in asynchronous online courses at the same School. She serves as Director of the Faith Formation Program at St. Ignatius Parish, Chestnut Hill, MA, and also coordinates the Hispanic Community.